Si se mantiene el cese del fuego, el Líbano enfrenta una ardua tarea de reconstrucción del país. Durante el mes pasado, Israel destruyó gran parte de la infraestructura civil del Líbano, incluyendo carreteras, puentes y plantas de energía. El domingo, aviones de combate israelíes bombardearon plantas de energía en Sidón y Tiro.
El Ministro de Economía del Líbano, Yihad Azour, dijo: “Esperamos que la comunidad internacional venga con ayuda y principalmente donaciones para el Líbano, como saben algunos países comenzaron (a ayudar) como Arabia Saudita y Kuwait. Esperamos que otros ayuden. Esta guerra contra el Líbano y la reconstrucción deben ser responsabilidad de la comunidad internacional como lo estipula la resolución 1701 del Consejo de Seguridad”.
Decenas de miles protestan contra la guerra en Washington, San Francisco y Los Ángeles
En Estados Unidos, decenas de miles de manifestantes marcharon este sábado contra el ataque de Israel al Líbano. Las protestas tuvieron lugar en Washington, San Francisco, Los Ángeles, Seattle y Orlando. Entre los manifestantes en Washington se encontraba Miriam Yasmin, una libanesa-estadounidense de Nueva Jersey.
Miriam Yasmin dijo: “Aquí todos sentimos que Estados Unidos dio luz verde a Israel para atacar el Líbano sin ninguna causa justa. Ellos tenían un plan. El plan fue implementado y Dios sabe a dónde va a parar, y ellos están tratando de separar a los musulmanes de los cristianos, a los sunitas de los chiítas, y no se nos puede separar. Estamos todos juntos”.
Musulmanes británicos advierten a Blair sobre políticas en Medio Oriente
En Gran Bretaña, un destacado grupo de musulmanes británicos —que incluye miembros del Parlamento— envío una carta abierta a Tony Blair criticando sus políticas en Medio Oriente.
La carta decía: “La debacle de Irak y el no haber hecho más para asegurar el inmediato fin de los ataques a los civiles en Medio Oriente no sólo aumenta el riesgo para la gente de esa región, sino que también es una munición para los extremistas que nos amenazan a todos”.
La carta fue enviada dos días después de que el gobierno británico anunciara que había desbaratado un presunto complot de un grupo de musulmanes nacidos en Gran Bretaña para derribar aviones transatlánticos que se dirigían a Estados Unidos.
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