El gobierno canadiense reconoció por primera vez que una de las víctimas más conocidas de los traslados extraordinarios de la CIA es un hombre totalmente inocente. El lunes, un juez concluyó una gran investigación sobre el caso de Maher Arar, quien es el canadiense nacido en Siria que fue detenido hace alrededor de cuatro años por autoridades estadounidenses en el aeropuerto JFK de Nueva York. En lugar de ser liberado y enviado a su hogar con su familia en Canadá, Arar terminó en una prisión siria, donde fue torturado en reiteradas ocasiones. Funcionarios estadounidenses lo acusaron de estar vinculado a Al Qaeda. El lunes, el Juez Dennis O’Connor escribió: “Puedo afirmar categóricamente que no hay evidencia que indique que el señor Arar cometió algún delito o que sus actividades constituían una amenaza para la seguridad de Canadá”. La investigación concluyó que los funcionarios canadienses no tuvieron una participación directa en la detención o deportación de Arar. Sin embargo, el juez consideró que la decisión del gobierno estadounidense de enviarlo a Siria probablemente se basó en información inexacta e incorrecta proporcionada por autoridades canadienses. El juez también criticó a los funcionarios canadienses por filtrar información confidencial y a veces inexacta sobre Arar a los medios de comunicación, con el objetivo de dañar su reputación o proteger los intereses del gobierno. A pesar de que el informe se centró en el gobierno canadiense, el juez O’Connor también criticó a los funcionarios estadounidenses. O’Connor escribió: “Las autoridades estadounidenses que manejaron el caso del señor Arar trataron al señor Arar de una manera muy lamentable. Lo trasladaron a Siria contra su voluntad y a pesar de sus afirmaciones de que sería torturado si lo enviaban a allí”.
Investigación canadiense absuelve a Maher Arar y responsabiliza a Canadá y a Estados Unidos
Titular19 Sep. 2006