En Birmania, la Junta Militar intensificó la represión contra un levantamiento a favor de la democracia. Los diplomáticos extranjeros afirman que los soldados sacan a las personas de sus casas en el medio de la noche. Los vehículos militares patrullan las calles amenazando con arrestar a cualquier activista a favor de la democracia. Los empleados del gobierno son obligados a firmar declaraciones de apoyo a la Junta. La enviada estadounidense Shari Villarosa dice que el personal de la embajada encontró los monasterios prácticamente vacíos o cercados con barricadas por las Fuerzas Armadas. Se calcula que ya son miles las personas que fueron arrestadas a causa de la represión. Agence France-Presse informa que al menos 1.700 personas están detenidas en el campus de una universidad en Rangún. Aún se desconoce el número de muertos.
- El monje budista U Chee Hrape dijo: “El CEPD (Consejo Estatal para la Paz y el Desarrollo) no debe estar en su sano juicio para intentar resolver este problema mediante la violencia y el asesinato de muchas personas, lo que va en contra de su religión como un país budista. Los budistas no son los responsables de esta matanza”.
Mientras tanto el enviado de la ONU, Ibrahim Gambari, finalizó su visita de cuatro días de duración el martes, luego de reunirse con el Jefe de la Junta Militar, Than Shwe, y con la líder opositora detenida Aung San Suu Kyi. El partido de Suu Kyi, la Liga Nacional por la Democracia, ganó las elecciones en 1990, pero se le impidió asumir el poder.