La Junta Militar de Birmania está intensificando la represión que comenzó hace dos días contra el levantamiento popular antigubernamental que más se ha hecho sentir en casi dos décadas. Ocho personas murieron durante los últimos dos días. Ahora están surgiendo informes de último momento de que los soldados birmanos abrieron fuego contra una multitud reunida en el centro de Rangún. Las fuerzas militares también allanaron varios monasterios y arrestaron a aproximadamente 500 monjes. El miércoles, el embajador británico Mark Canning describió la situación que se vive en las calles.
- El embajador Canning dijo: “Durante la noche se efectuaron una serie de arrestos de activistas a favor de la democracia. Se anunció un toque de queda desde el atardecer hasta el amanecer a partir de esta tarde. Y creo que la pregunta era si estas medidas intimidarían a las personas para que no siguieran marchando como lo han venido haciendo durante los últimos ocho días. Y creo que la respuesta es 'no'. Varios miles de personas salieron a las calles de todos modos”.
Mientras tanto, el líder de la oposición birmana en el exilio Sein Win pidió que se ejerza más presión internacional sobre la junta.
- Sein Win dijo: “Las Fuerzas Armadas nunca quieren hablar con los demás. Usted sabe, son así. Siempre actuaron así, en 1988, y también antes del 88. Nunca negocian. Ven esto como una especie de operación militar. Esto no es una operación militar, es una manifestación política”.