En Bolivia, una comisión investigadora regional calificó de “masacre” a las matanzas de al menos veinte personas en manifestaciones antigubernamentales en septiembre. Las víctimas eran campesinos partidarios del Presidente boliviano Evo Morales, que murieron en lo que Morales denominó un intento de golpe de Estado contra su gobierno en la provincia de Pando. El jefe de la investigación del bloque sudamericano UNASUR, Rodolfo Mattarollo, afirmó que los asesinos actuaron en asociación con los opositores derechistas a Morales.
Roberto Matarollo dijo: “El 11 de septiembre de 2008, en la localidad de Porvenir y otros sitios del Departamento de Pando, República de Bolivia, se cometió una masacre en el sentido empleado para este término por la Organización de las Naciones Unidas. Aún cuando hubo personas que actuaron particularmente, los agresores de los campesinos lo hicieron en forma organizada, y respondían, según algunos testimonios, a una cadena de mando, y contaban con funcionarios y bienes del gobierno departamental al servicio de la empresa criminal”.
Morales afirmó que las conclusiones de UNASUR respaldaron su inquietud de que los opositores políticos estén intentando desbaratar a su gobierno e impedir un referéndum en enero sobre la marcha futura de sus programas sociales.
El Presidente de Bolivia dijo: “Verifica con esta investigación que lo que ha vivido el pueblo boliviano a partir de agosto o septiembre hasta octubre es un intento de un golpe de Estado civil, y ahora nos informamos de otros niveles, que algunos opositores se han propuesto acabar con el gobierno de Evo Morales de agosto hasta enero del próximo año”.