El Washington Post informa que los demócratas del Congreso están redactando leyes que concederían a los fabricantes de autos de Detroit al menos 15 mil millones de dólares en préstamos de emergencia a comienzos de la semana que viene, y otorgarían al gobierno federal una amplia autoridad para gestionar una reestructura masiva de sus operaciones. La propuesta establecería una “junta automotriz” de funcionarios del gabinete integrada por siete miembros y por un presidente designado por el Presidente Bush para contribuir a que la débil industria vuelva a percibir ganancias. El viernes, el congresista demócrata Barney Frank dijo que los legisladores no podían permitir que los fabricantes de autos colapsaran.
El representante Barney Frank dijo: “El fracaso en cierta medida de tres de nuestros mayores fabricantes nacionales sería un problema muy serio en cualquier caso. En medio de la peor situación económica desde la Depresión, representaría un desastre sin atenuantes”.