Cinco guardias de Blackwater fueron acusados el lunes de asesinar a catorce civiles iraquíes desarmados y de herir a otros veinte en la masacre de la plaza de Nisoor en Bagdad en 2007. Los fiscales federales acusaron a los guardias de Blackwater de abrir fuego con ametralladoras sobre iraquíes inocentes, y de lanzar una granada en una escuela de niñas. Los cinco guardias enfrentan catorce cargos de homicidio culposo y veinte cargos de intento de homicidio. También son acusados de haber utilizado ametralladoras para cometer un crimen de violencia, cargo que tiene una pena mínima de 30 años de prisión.
El fiscal general adjunto Pat Rowan dijo: “El gobierno alega hoy que al menos 34 civiles iraquíes desarmados, incluidos mujeres y niños, fueron asesinados o heridos sin justificación o provocación por estos guardias de seguridad en el tiroteo de la plaza de Nisoor. La acusación y admisión de culpabilidad de hoy debería servirnos de recordatorio de que los que participen en ataques ilegales no provocados contra civiles (ya sea en tiempos de guerra o de paz), serán considerados responsables”.