En materia electoral, los dos candidatos presidenciales demócratas que aún siguen en carrera participaron en el debate final realizado anoche en Los Ángeles. El tono fue bastante cordial ya que los candidatos intentaron atenuar las críticas de lo que ha sido calificado como una campaña rencorosa.
El senador Barack Obama dijo: “No creo que se trate de elegir entre los blancos y los negros, o que se trate del sexo o la religión. No creo que se trate de los jóvenes o los viejos. Creo que lo que está en juego en este momento es si miramos hacia atrás o hacia adelante. Considero que es el pasado versus el futuro”.
La senadora Hillary Clinton luego habó sobre la importancia de reemplazar a la presidencia de Bush con otro Clinton.
La senadora Hillary Clinton dijo: “Y ustedes saben, fue necesario un Clinton para limpiar el desorden tras el primer Bush y creo que sería necesario otro Clinton para limpiar el desorden tras el segundo Bush”.
El intercambio más intenso se produjo a raíz de la guerra de Irak, cuando el senador Barack Obama criticó el voto de Clinton en el año 2002 para autorizar la invasión. Clinton dijo que Obama y ella han tenido posturas similares sobre la guerra desde que Obama asumió su cargo. No obstante, el senador afirmó que era importante elegir a un candidato que se haya opuesto a la guerra desde el principio. Clinton también defendió su voto a favor del ataque estadounidense, alegando que estaba en parte justificado porque Saddam Hussein era un “megalómano, que no querría competir por atención con Osama Bin Laden”.
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