El principal comandante estadounidense en el Medio Oriente renunció, en lo que aparenta ser el resultado directo de sus diferencias con el gobierno de Bush con respecto a Irán. La renuncia del almirante William Fallon tuvo lugar meses después de sus tan difundidos comentarios de que el “constante apoyo al conflicto” de Washington contra Irán “no es de ayuda y no resulta útil”. Estos comentarios recientemente fueron reeditados en un perfil de la revista Esquire que describe a Fallon como la única persona capaz de detener un ataque estadounidense contra Irán. En una declaración leída por su superior, el Secretario de Defensa Robert Gates, Fallon dijo que no renunciaba por diferencias en las políticas, sino porque los informes sobre las mismas se habían convertido en una distracción.
El Secretario de Defensa Robert Gates dijo: “El almirante Fallon me informó sobre su decisión temprano esta mañana. Me dijo: 'la actual situación vergonzosa, la percepción pública de las diferencias entre mis opiniones y las políticas del gobierno y la distracción que eso genera de la misión hacen que esto sea lo correcto'. Aprobé el pedido del almirante Fallon de retirarse reacio y con pesar”.
La dimisión de Fallon es considerada por algunos como un signo de una creciente amenaza estadounidense hacia Irán. También se sabe que Fallon se enfrentó con el general David Petraeus con respecto al número de soldados estadounidenses en Irak.