En el Tíbet, el gobierno chino permitió el ingreso de un grupo de periodistas extranjeros el jueves, por primera vez desde que comenzaron las manifestaciones este mes. En Lhasa, un grupo de monjes irrumpió en una reunión informativa del gobierno chino y acusó a China de mentir acerca de la situación en el lugar.
Un monje dijo: “Simplemente no nos creen. Piensan que vamos a salir a provocar estragos… romper, destruir, robar y quemar cosas. No hicimos nada de eso; ellos nos acusan falsamente”.
Todos los monasterios en Lhasa permanecen cerrados en medio de un gran despliegue de fuerzas chinas.