Mientras tanto, el gobierno británico admitió que sus fuerzas torturaron a nueve prisioneros iraquíes en 2003. Esta revelación puede provocar que el gobierno deba indemnizar a los ocho prisioneros sobrevivientes y a la familia del noveno recluso que murió a causa de las golpizas propinadas por los carceleros británicos. La víctima asesinada, un empleado de un hotel iraquí llamado Baha Musa, sufrió 93 heridas en el cuerpo. Musa tenía 26 años y era padre de dos hijos. Su esposa había muerto tan sólo dos meses antes debido a un tumor cerebral.
Gran Bretaña admite haber torturado a prisioneros iraquíes
Titular28 Mar. 2008