En su segundo día en Estados Unidos, el Papa Benedicto XVI expresó una profunda vergüenza por el escándalo de abuso sexual de un sacerdote, y dijo que los obispos católicos deben trabajar para lograr que los estadounidenses vuelvan a creer en la Iglesia. En la Casa Blanca, el Presidente Bush elogió el mensaje del Papa Benedicto.
El Presidente Bush dijo: “En un mundo en el que algunos invocan el nombre de Dios para justificar actos de terrorismo y asesinatos y odio, necesitamos su mensaje de que Dios es amor. Y acoger este amor es la mejor manera de salvar al hombre de convertirse en una víctima de las enseñanzas del fanatismo y el terrorismo. En un mundo en el que algunos tratan la vida como algo que puede ser degradado y descartado, necesitamos su mensaje de que toda vida humana es sagrada”.