El lunes, Irak abrió sus yacimientos petroleros —que representan las terceras reservas de petróleo más grandes del mundo— a la inversión extranjera, brindando así, por primera vez desde que Saddam Hussein nacionalizara el petróleo iraquí hace más de tres décadas, la posibilidad de que las compañías estadounidenses y británicas volvieran al país. El Ministro de Petróleo de Irak, Hussain al-Shahristani, indicó ocho zonas de yacimientos de petróleo y gas que a partir de ahora están disponibles para la celebración de contratos de explotación a largo plazo con compañías extranjeras.
Hussain al-Shahristani dijo: “A través de estas ofertas iniciales, esperamos aumentar la producción de estos yacimientos petroleros hasta aproximadamente 1,5 millones de barriles por día, además de la producción actual de 2,5 millones de barriles por día. El objetivo del ministerio es aumentar la producción a partir de ahora y hasta que entren en vigencia los nuevos contratos, hasta alcanzar los 4,5 millones de barriles por día en los próximos cinco años”.
El gobierno iraquí ya ha precalificado a 41 compañías extranjeras para participar en la licitación de los contratos. Irak pospuso el anuncio de una serie de contratos sin licitación que se prevé que serán adjudicados a Exxon Mobil, Shell, Total, BP y Chevron, mediante los cuales se brindarían servicios a los yacimientos petroleros más grandes de Irak.