Sudán desestimó la decisión de la Corte Penal Internacional (CPI) de procurar el arresto de su Presidente por cargos de realizar una campaña de genocidio y violación en Darfur. Desde el país africano se afirma que la propuesta de arrestar a Omar al-Bashir es una decisión política que no es vinculante para Sudán, porque el país nunca ratificó la membresía de la CPI. El lunes, el fiscal de la Corte, Luis Moreno-Ocampo, anunció las acusaciones.
Moreno-Ocampo dijo: “Acabo de presentar una solicitud pidiendo a la cámara número 3 que emita una orden de arresto contra Omar Hassan Ahmed al-Bashir por crímenes de genocidio, crímenes contra la humanidad, y crímenes de guerra”.
Geraldine Mattioli, de Human Rights Watch, elogió la decisión del Tribunal, pero dijo que es improbable que Al-Bashir sea arrestado pronto.
Geraldine Mattioli dijo: “No seamos ingenuos, no va a suceder en los próximos días, eso está claro, pero no es la primera vez que un Jefe de Estado en funciones ha sido acusado. Recordarán el ejemplo de Slobodan Milosevic en 1999 o Taylor en 2001, que también era el Presidente de Liberia en el momento. No fueron arrestados inmediatamente pero sí más tarde, cuando la comunidad internacional lanzó su peso detrás de estas órdenes de arresto”.
La decisión de la CPI fue criticada desde algunos frentes. El ex asesor de la Unión Africana, Alex de Waal, dijo que la acusación de al-Bashir podría poner en riesgo el proceso de paz del país. De Waal acusó a la CPI de jugar con el futuro de Sudán.
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