El Washington Post informa que el gobierno de Bush anunció planes de implementar una controvertida regulación diseñada para proteger a los médicos, enfermeras y otros trabajadores de la salud que se oponen al aborto o al control de natalidad de ser obligados a prestar servicios que van en contra de sus creencias personales. La medida le otorga facultades a funcionarios federales de la salud para que retiren el financiamiento a alrededor de 600 mil hospitales, clínicas, planes de salud, consultorios médicos y otras entidades si no se adaptan a los empleados que se niegan a asistir en casos que hallan objetables por motivos personales, morales o religiosos. Los defensores de los derechos de la mujer y de planificación familiar condenaron la regulación, argumentando que podría implicar grandes obstáculos para una variedad de servicios de salud, entre ellos el aborto, planificación familiar, eutanasia y posiblemente una gran variedad de investigaciones científicas.
Nueva norma sobre abortos afectará a hospitales y clínicas
Titular22 Ago. 2008