Las negociaciones se reanudaron en la cumbre climática de Copenhague luego de que el lunes los países en desarrollo se retiraran en señal de protesta. La protesta, que fue liderada por los africanos, se centró en la preocupación provocada por el intento de los países más ricos de “asesinar” el Protocolo de Kioto fusionándolo con una vía de negociación independiente. Kamel Djemouai, jefe del bloque africano, afirmó que los países más pobres nunca aceptarían abandonar el Protocolo de Kioto.
Djemouai declaró: “El Protocolo de Kioto tardó siete años en entrar en vigor. Estoy seguro de que el próximo tratado tardará más que eso, incluso aunque haya voluntad política, porque en este proceso la mayoría de los países en desarrollo perdieron toda confianza en él y su transparencia fundamental”.
La disputa se zanjó con un acuerdo para reiniciar conversaciones informales por vías independientes.