El Presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva propuso crear un órgano investigador para examinar los crímenes cometidos durante el régimen militar que gobernó el país entre 1964 y 1985. Durante la dictadura, se cree que unas 20.000 personas fueron torturadas, a menudo mediante la aplicación de choques eléctricos y la utilización de químicos, y más de 400 brasileños fueron asesinados o “desaparecieron”. A diferencia de los países vecinos como Argentina, Chile y Uruguay, Brasil nunca condenó a nadie por participar en los abusos cometidos durante la era de la dictadura y se ha negado a hacer públicos los archivos militares de ese período. La jefa de Gabinete Dilma Roussef dijo que la “comisión de la verdad” es necesaria para que Brasil pueda avanzar.
Dilma Roussef dijo: “Siempre es doloroso recordar a todas aquellas personas que estuvieron presas, a todos aquellos que fueron torturados brutalmente de alguna forma. Muchas veces esas personas quedaron sin ningún rastro de humanidad, y muchas veces les arrebataron la vida”.