El Presidente Obama anunció una nueva serie de propuestas de estímulos económicos para abordar el desempleo. El martes, Obama reclamó rebajas de impuestos para las pequeñas empresas, gastos en infraestructura y un programa de “efectivo para calafateadores” que daría incentivos para la aclimatación de viviendas. Obama afirmó que un costo previsto más bajo del rescate financiero de Wall Street podría contribuir a financiar su plan.
Obama declaró: “Se prevé que el TARP cueste a los contribuyentes al menos 200.000 millones de dólares menos que lo que se había previsto este verano. Y la ayuda a los bancos, que en un principio se creyó que iba a costar una suma incalculable de miles de millones de dólares a los contribuyentes, de hecho está en camino de cosechar miles de millones de ganancia para ellos. Esto nos da la posibilidad de reducir el déficit más rápidamente que lo que se había pensado y destinar fondos que hubieran estado destinados a la asistencia de los bancos de Wall Street para la creación de puestos de trabajo en Main Street”.