Los líderes de los dos principales partidos de Israel han reclamado la victoria en las elecciones generales anticipadas. Con el 99% de los votos escrutados, el partido de centro Kadima, de Tzipi Livni, obtuvo el primer lugar con 28 escaños, mientras que el partido de derecha Likud, de Benjamin Netanyahu, quedó muy cerca en segundo lugar, con 27 bancas. Ambos partidos necesitan socios para formar la coalición necesaria para reunir las 61 bancas requeridas para formar un gobierno en la Knesset, compuesta por 120 bancas. Esto coloca al partido ultranacionalista Yisrael Beitenu, liderado por Avigdor Lieberman, en una posición privilegiada al haber obtenido el tercer lugar, con 15 bancas. El periódico israelí Haaretz informa que Netanyahu tiene más posibilidades de forjar una coalición debido al crecimiento de los partidos de derecha, que constituyen sus aliados naturales. El profesor saudí Mohammad al-Qahtani dijo que los resultados de las elecciones perjudicaron las posibilidades de una paz duradera en la región.
Mohammad al-Qahtani declaró: “Creo que veremos un gobierno que se inclina hacia la derecha y sin cambios, sin aceptar la iniciativa de paz árabe, lo que significa volver al punto de partida; es un problema cuando hay un gobierno que no se orienta hacia la paz, independientemente de lo indulgente que seamos en proponer más iniciativas de paz o de lo dispuestos que estemos a alcanzar una solución aceptable para ambas partes. Las otras partes son muy recalcitrantes y no tienen voluntad de avanzar”.