Mientras tanto, Liddy también defendió las primas diciendo que eran fundamentales para conservar a los empleados.
Edward Liddy, presidente de AIG, dijo: “No se equivoquen. Si hubiera sido el presidente de la empresa en ese momento, nunca hubiera aprobado los contratos para conservar empleados que se firmaron hace más de un año. No fue agradable tener que realizar esos pagos. Pero concluimos en que los riesgos para la empresa, y por ende para el sistema financiero y la economía, eran inaceptablemente altos”.
Liddy afirma que solicitó a algunos cientos de ejecutivos y empleados de AIG que devolvieran al menos la mitad de las retribuciones adicionales, pero se negó a revelar quiénes conservarán sus primas. La aseguradora también deberá dar respuestas en relación con los miles de millones de dólares aportados por los contribuyentes que utilizó para devolver dinero a otras empresas financieras.