El Pentágono anunció que prácticamente pondrá fin a la polémica política de prórrogas forzosas (conocida como “stop-loss” en inglés) que obliga a los soldados a permanecer más allá de la fecha de finalización del servicio. En este momento, hay más de 13.000 soldados sirviendo en forma no voluntaria en el Ejército en virtud de una política impuesta en 2004. Algunos han descripto la práctica de “stop-loss” como un reclutamiento encubierto. El jueves, Gates reconoció que el Ejército obligó a soldados a servir “en contra de su voluntad”.
El Secretario de Defensa Robert Gates dijo: “Desde fines de enero, hay 13.200 soldados que siguen sirviendo a pesar de haber cumplido su período de servicio. Tengo el agrado de anunciar que he aprobado un plan para eliminar el uso de las prórrogas forzosas para desplegar soldados… Cuando alguien llega a la fecha de finalización del servicio, retenerlo contra su voluntad no es lo correcto”.
Gates afirma que el Pentágono aspira a finalizar con la política de prórrogas forzosas en todo el Ejército en marzo de 2011. Pero dejó abierta la posibilidad de seguir aplicándola en lo que denominó “circunstancias extraordinarias”. Los soldados que siguen sirviendo a pesar de haber finalizado su período de servicio recibirán ahora un pago adicional de 500 dólares por mes, retroactivo a octubre pasado.