El ataque se produjo dos días después de que el Presidente Obama defendiera su decisión de enviar 21.000 soldados más a Afganistán y aumentar su ayuda a Pakistán. Obama manifestó que su único objetivo era acabar con los militantes de Al Qaeda quienes, según él, están tramando nuevos ataques contra Estados Unidos.
El Presidente Obama dijo: “El mundo no se puede dar el lujo de pagar el precio de que Afganistán vuelva al caos o Al Qaeda opere sin control. Tenemos la responsabilidad compartida de actuar, no porque busquemos proyectar el poder por sí mismo, sino porque nuestra propia paz y seguridad dependen de ello. Y lo que está en juego ahora no es solamente nuestra propia seguridad, sino la mismísima idea de que las naciones libres pueden reunirse en nombre de nuestra seguridad en común”.
El New York Times informa que el gobierno de Obama estaba dividido con respecto a cómo proceder en Afganistán. Los comandantes que están en ese país querían un mayor aumento de las tropas, pero según se informa, el Vicepresidente Joseph Biden advirtió contra la posibilidad de meterse en un atolladero político y militar.