General Motors ofreció su plan final de reorganización en un esfuerzo por evitar la quiebra. La empresa automotriz propuso reducir la deuda en obligaciones, eliminar más de 21.000 puestos de trabajo más en Estados Unidos y emerger como un fabricante de automóviles nacionalizado bajo el control mayoritario del gobierno estadounidense. La reestructura propuesta implicaría también la eliminación de la marca Pontiac. Como parte de la reestructura, GM está solicitando al Departamento del Tesoro 11,6 mil millones de dólares adicionales en préstamos, además de los 15,4 mil millones que ya recibió.
Fritz Henderson, Director Ejecutivo de GM, declaró: “Sí pienso que General Motors seguirá siendo una empresa mundial, sin dudas, pero tampoco tengo dudas de que la naturaleza de esas relaciones mundiales cambiará”.
Henderson dijo que GM probablemente declararía la quiebra si los tenedores de bonos rechazan los términos. Cuando la reestructura esté terminada, GM espera tener solo 38.000 trabajadores sindicalizados y 34 fábricas en Estados Unidos, comparados con los casi 400.000 trabajadores repartidos en más de 150 plantas que tenía en 1970, en el pico de su nivel de empleo.