En Pakistán, la Organización de las Naciones Unidas retiró a la mayor parte de su personal de Peshawar, una ciudad del noroeste del país, tras el asesinato de dos funcionarios en un gran atentado suicida con camión bomba contra un lujoso hotel. Esta retirada está acrecentando la preocupación por la grave situación de las más de dos millones de personas que huyeron de sus hogares en la ofensiva respaldada por Estados Unidos contra los militantes Talibán en el cercano Valle de Swat. El miércoles, el Enviado de Estados Unidos para Pakistán y Afganistán, Richard Holbrooke, elogió la ofensiva en Washington.
Holbrooke dijo: “Lo que vi en Pakistán durante este viaje es un lento surgimiento de un consenso detrás de las acciones del gobierno. En todos lados hubo un cambio drástico en la actitud en comparación con mis viajes anteriores debido a las atrocidades del Talibán y sus seguidores”.