En Washington, el Presidente Obama no hizo lugar a los reclamos de que Estados Unidos adopte una postura firme con respecto a la situación de Irán.
Obama dijo: “No es fructífero, dada la historia de las relaciones entre Estados Unidos e Irán, que el Presidente estadounidense intervenga en las elecciones iraníes”.
El ex candidato presidencial por el Partido Republicano, John McCain, criticó la forma en que Obama estaba manejando la crisis.
El senador John McCain dijo: “[El Presidente] debería expresar abiertamente que estas elecciones son corruptas, fraudulentas, que se trata de una farsa. El pueblo iraní ha sido despojado de sus derechos. Lo apoyamos en su lucha contra un régimen represivo y de opresión. Y no debería quedar sometido a cuatro años más de Ahmadinejad y los clérigos musulmanes radicales”.