Al menos cuarenta personas habrían muerto en la explosión de una bomba en una mezquita cercana al valle de Swat, en Pakistán. Es el noveno atentado con bombas ocurrido en el país desde que en abril las fuerzas gubernamentales lanzaran un ataque con respaldo estadounidense contra los militantes talibanes. El enviado especial de Estados Unidos, Richard Holbrook, está en Pakistán para reunirse con líderes de ese país, para tratar su apoyo a la ofensiva. La reunión se realiza al tiempo que la ONU advierte que podría verse obligada a reducir los esfuerzos de ayuda humanitaria, a menos que reciba asistencia adicional. Manuel Bessler, de la Organización para la Asistencia Humanitaria de Naciones Unidas, se refirió a los suministros, cada vez más limitados.
Bessler dijo: “Algunos de los grupos se están quedando sin suministros. Y tenemos que aprovechar todas las oportunidades para llamar la atención de la comunidad internacional sobre la necesidad urgente de financiar esta operación. Si escasean los fondos y recursos, nos veremos obligados a reducir nuestras operaciones”.
Alrededor de 2,5 millones de personas fueron desplazadas por los combates en el Swat y otras regiones noroccidentales.