La Corte Suprema adoptó la medida inusual de ordenar a un tribunal federal de primera instancia que realice una nueva audiencia para Troy Anthony Davis, condenado a muerte en Georgia. El tribunal superior ordenó que en la nueva audiencia deberá determinarse “si existen pruebas que no habrían podido ser obtenidas al momento del juicio y que establezcan claramente” la inocencia de Davis. Desde que éste fuera condenado por el asesinato en 1989 de un oficial de policía blanco, siete de los nueve testigos que no son policías se retractaron de su testimonio. No hay pruebas físicas directas que vinculen a Davis con la escena del crimen. Martina Correia, hermana de Troy Davis, estuvo recientemente en Democracy Now!.
Martina Correia dijo: “El problema es que estas personas fueron manipuladas fácilmente. Armaron la acusación contra Troy sin pruebas físicas, sin ADN. Y lo que hicieron es dejarse llevar por la excitación y adrenalina de que hay que culpar a alguien del asesinato del oficial de policía, hay que apaciguar a la comunidad. Y llegaron al punto en que estaban atacando a tantos hombres negros que es como si cualquier negro diera lo mismo. Y cuando Sylvester Coles señaló a Troy, todo se desplomó, y sencillamente presentaron la acusación contra Troy”.