Tres coroneles de la Policía ecuatoriana son objeto de investigación penal por rebelión e intento de asesinato tras la revuelta policial de la semana pasada contra el Presidente Rafael Correa. El sábado, el Presidente Correa asistió al funeral de Juan Pablo Bolaños, una de las cinco personas asesinadas en los disturbios de la semana pasada.
Rafael Correa declaró: “Al estudiante de 24 años Juan Pablo Bolaño Fernández, que fue con seis mil personas a rescatar al Presidente a las 6 de la tarde o 7 de la noche, y las recibieron a bala, con gases lacrimógenos, francotiradores en las terrazas, quién puede tener tan poca alma para hacer eso, cómo eso se puede llamar Policía, los propios policías deben ser los primeros en mandar presos a esos malos elementos, y si tienen algo de dignidad, deberían presentarse esos malos elementos y entregar sus armas, su uniforme, su placa, porque no merecen llamarse policías”.