Hungría declaró un estado de emergencia en tres condados luego de que aguas residuales tóxicas de una planta de aluminio inundaran varias localidades. Más de 990.000 metros cúbicos (35 millones de pies cúbicos) de aguas residuales se filtraron del depósito de la planta, hundiendo casas y carreteras. Al menos cuatro personas murieron y 120 resultaron heridas. El Primer Ministro húngaro Viktor Orban dijo que ordenó una investigación sobre este desastre.
Orban afirmó: “No estamos al tanto de ningún indicio de que se haya tratado de un desastre natural. Y si un desastre no se produjo por causas naturales, entonces puede ser considerado un desastre provocado por el hombre. Todos en este país queremos saber quién es el responsable de esta tragedia y los daños a la propiedad”.