Las negociaciones de la ONU sobre el cambio climático culminaron el sábado en Cancún tras la firma de un modesto acuerdo para combatir el cambio climático. Mediante este documento, conocido como Acuerdos de Cancún, las principales economías se comprometen a reducir voluntariamente sus emisiones de gases de efecto invernadero, pero no se establece en qué medida se deberían reducir las emisiones a nivel mundial. El acuerdo tampoco incluye el compromiso de extender el Protocolo de Kyoto más allá del año 2012, fecha en que expira su primer período. El acuerdo establece además un fondo climático ecológico que será dirigido por el Banco Mundial.
Previo a la clausura de la cumbre, Todd Stern, enviado de Estados Unidos para el cambio climático, celebró el acuerdo.
Todd Stern dijo: “Permítannos hacer lo necesario para apoyar la presidencia mexicana, hacer este acuerdo y situar al mundo en un camino más esperanzador hacia la reducción de las emisiones y hacia un futuro sustentable.”
Sin embargo, el gobierno boliviano expresó sus profundas reservas respecto al acuerdo climático ya que, según expresó, no hace lo suficiente para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Durante la noche de clausura de la cumbre, Pablo Solon, embajador de Bolivia para las Naciones Unidas, expresó las preocupaciones de su país.
Pablo Solon dijo: “Nosotros, responsablemente, no podemos acompañar un texto que, primero, no garantiza el segundo período de compromiso del Protocolo de Kyoto, pero lo peor, que establece que va a haber un incremento de la temperatura de más de cuatro grados centígrados. Esto sería hacernos, a nosotros, responsables de una situación que mi presidente ha calificado de genocidio.”
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