En Israel y los Territorios Ocupados, el gobierno israelí despertó la indignación de los palestinos por su decisión de incluir dos sepulcros bíblicos ubicados en localidades palestinas en la lista de patrimonios israelíes. Esta decisión provocó enfrentamientos en Hebrón, donde los soldados israelíes arrojaron gas lacrimógeno y granadas aturdidoras contra los palestinos que protestaban por la decisión de Israel. El Presidente palestino Mahmoud Abbas advirtió que las acciones de Israel podrían provocar lo que describió como “una guerra religiosa”. El ministro palestino de Obras Públicas Mohammed Shtayyeh también criticó a Israel.
Mohammed Shtayyeh dijo: “Este gobierno dirigido por Netanyahu le está demostrando al mundo y nos está demostrando a nosotros que no le interesa el proceso de paz, la ética, pero está relacionado con la confiscación, la construcción de asentamientos y la confiscación de la historia palestina. Esto es una invención y confiscación de la historia”.
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