Activistas antiballeneros de Greenpeace se encadenaron a sí mismos a las sogas de amarre de un buque carguero que se encontraba en los Países Bajos, en un intento por impedir que el buque zarpase rumbo a Japón. Greenpeace afirma que el buque transportaba ilegalmente siete contenedores cargados de carne de diez ballenas de aleta o rorcual común, que se encuentran en riesgo de extinción. El comercio de esta y otras especies de ballena está prohibido por la Convención sobre Comercio Internacional de Especies en Peligro de Extinción. El tratado fue suscrito por 175 países a excepción de Japón e Islandia, que se rehúsan a cumplir con esta legislación y continúan comercializando carne de ballena.
Activistas antiballeneros detienen buque japonés
Titular05 Abr. 2010