En otras noticias de Estados Unidos, dos ex altos ejecutivos del gigante financiero Citigroup comparecieron el jueves ante un panel gubernamental que investiga las causas de la crisis económica del país. El ex director ejecutivo Charles Prince inició sus declaraciones ante la Comisión Investigadora de la Crisis Financiera con una disculpa por los negocios que llevaron a Citigroup al borde de la quiebra y a recibir más de 45.000 millones de dólares del rescate financiero de los contribuyentes.
Prince dijo: “Permítanme comenzar diciendo que lo lamento… lamento que la crisis financiera haya tenido un impacto tan devastador en nuestro país. Lo lamento por los millones de personas, los estadounidenses promedio, que perdieron sus hogares. Y lamento que nuestro equipo de administración, empezando por mí, como tantos otros, no haya podido prever el colapso sin precedentes del mercado que yacía ante nosotros”.
También declararon Robert Rubin, un ex director de Citigroup, y quien fue el Secretario del Tesoro durante el gobierno de Bill Clinton. Rubin fue menos conciliador y rechazó cualquier responsabilidad personal por los infortunios de Citigroup. El ex director se unió a Citigroup tras supervisar un gran esfuerzo de desregulación que le permitió a los bancos fusionarse con empresas aseguradoras. Esta modificación ayudó a Citigroup a convertirse en la mayor institución financiera del país. Rubin abandonó Citigroup tras cobrar más de cien millones de dólares en remuneraciones. Su testimonio tuvo lugar un día después de que el ex ejecutivo de Citigroup Richard Bowen dijera que Rubin y otros altos ejecutivos habían ignorado reiteradas advertencias sobre las prácticas comerciales de Citigroup.
Bowen dijo: “Le advertí específicamente al Sr. Rubin sobre el riesgo extremo en las pérdidas financieras no reconocidas que existían en mi unidad de negocios. Fui testigo de las prácticas de riesgos comerciales que pusieron en ridículo la política crediticia de Citi”.