En Perú, la activista estadounidense Lori Berenson compareció ante un tribunal el lunes y solicitó a los jueces que la dejen seguir en libertad condicional. En mayo, Berenson salió en libertad condicional luego de haber cumplido casi quince años de su condena de veinte. La activista había sido condenada en 1996 por jueces militares peruanos encapuchados por colaborar con el grupo rebelde Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA). Durante su comparecencia ante el tribunal el lunes, Berenson reconoció tener vínculos con el grupo rebelde, pero dijo que nunca había sido miembro de ese grupo y que tampoco había participado en actos de violencia.
Berenson expresó: “Si mi participación, aunque sea secundaria, en algún incidente, si contribuyó a la violencia en la sociedad, lo lamento profundamente y me arrepiento de ello. Si mi venida al Perú ha significado un daño al país, lo lamento y me arrepiento de ello. Si hay personas que se sienten afectadas por mis palabras o por mis actos, les pido perdón”.
El principal fiscal peruano contra el terrorismo, Julio Galindo, solicitó al tribunal que la enviara nuevamente a la cárcel para que cumpliera con la totalidad de la condena.
Galindo afirmó: “Todos los terroristas o todos los condenados por terrorismo ya tienen un criterio desarrollado dentro de su contexto personal, por tanto, ellos siguen coordinando, siguen colaborando, o sea, no hay una variación, entonces, todos los arrepentimientos para mí simplemente son unos actos naturales que ellos utilizan como estrategia”.
Luego, Lori Berenson dijo al tribunal que ella no representa ninguna amenaza para la sociedad y que simplemente quiere dedicarse a criar a su hijo. Solicitó que se conmutara su sentencia para que ella y su hijo puedan viajar a Estados Unidos a realizarse un tratamiento médico.
Berenson manifestó: “Lamento la repercusión que ha tenido en la sociedad mi salida. Ha sido siempre un caso muy mediático desde que he sido detenida, pero lo real es que, aunque me duela, yo lo acepto, lo asumo, que existe un rechazo hacia mi persona, lo entiendo, pero de acuerdo a la ley y de acuerdo a mi comportamiento, yo no represento un peligro para nadie”.