El Consejo de Seguridad de la ONU está reclamando la adopción de medidas más firmes para impedir que se repita la reciente violación masiva de casi 200 mujeres y cinco muchachos en la región oriental de la República Democrática del Congo. Los rebeldes ruandeses y congoleños perpetraron las violaciones entre el 30 de julio y el 3 de agosto, a pocas millas de una base de paz de la ONU. La ONU fue notificada algunos días después, pero tardó tres semanas en responder. El principal Enviado de la ONU a la República Democrática del Congo, Robert Meece, visitó la zona el jueves.
Robert Meece expresó: “He tenido oportunidad de conversar con el personal de la base y el jefe local. Creo que tengo un mejor conocimiento, pero este es un entorno muy difícil. Es absolutamente necesario que hagamos todo lo posible para proteger a los civiles e impedir este tipo de horrores. Pero también trabajamos en un entorno muy difícil. La vida en el campo es muy dura y hay muy poco acceso”.