En Connecticut, un trabajador insatisfecho abrió fuego el martes en un depósito de alcohol en Manchester, cobrando la vida de ocho personas antes de apuntar el arma hacia sí mismo. Otras dos personas resultaron heridas. El jefe de policía de Manchester, Mark Montminy, anunció las muertes.
Montminy dijo: “Las víctimas ubicadas se encontraban todas en los alrededores del complejo. Creemos que diez personas recibieron disparos, ocho de ellas fatales y otras dos fueron asistidas en el hospital Hartford”.
Quien efectuó los disparos, Omar Thornton, había acordado renunciar tras haber sido sorprendido robando cerveza. Miembros de la familia afirman que Thornton se había sentido apartado y acosado por ser el único trabajador afro estadounidense del lugar. El incidente tuvo lugar luego de que dos personas murieran y otras seis resultaran heridas cuando un hombre armado comenzó a disparar durante una reunión en Indianápolis, Indiana. En una declaración, Paul Helmke, de Brady Campaign to Prevent Gun Violence –una organización de prevención de la violencia con armas de fuego-, dijo: “Personas peligrosas consiguen armas muy facilmente… necesitamos asumir este horror en nuestro país y hacer algo al respecto.”