El ex comandante de la policía de Chicago Jon Burge fue sentenciado a cuatro años y medio de cárcel por obstrucción de la justicia y por mentir sobre las torturas infligidas a prisioneros para obligarlos a confesar. Burge fue condenado en junio tras acusaciones de larga data que lo responsabilizaban de haber supervisado la tortura sistemática de más de un centenar de hombres afroestadounidenses. El Departamento de Policía lo destituyó en 1993 por malos tratos a un sospechoso, pero no presentó cargos. Por último, Burge fue formalmente acusado en 2007, no por las torturas en sí, sino por haber mentido acerca de ello. Tras el veredicto, varias víctimas de las torturas practicadas en el período de Burge, así como familiares de prisioneros, calificaron la condena como un simple tirón de orejas.
Mark Clements declaró: “Esto es una gran injusticia. Es indignante que le hayan dado sólo cuatro años y medio, cuando hay hombres que pasaron 20 y 30 años en la cárcel”.
Robin Hobley agregó: “A Burge le dan cuatro, cinco años, y después se va para su casa. Eso no está bien. Mi hermano pasó dieciséis años preso con condena de muerte por un delito que no cometió”.
Burge empezará a cumplir su sentencia en marzo.