En Egipto, decenas de miles de personas marcharon el lunes en el cortejo fúnebre de diecisiete manifestantes cristianos asesinados en una manifestación en El Cairo. Las consignas de “abajo el gobierno militar” interrumpían las plegarias, mientras los deudos acusaban a los militares de ser los principales responsables de la violencia que llevó a la muerte de 26 personas el domingo y dejó a 500 personas heridas. Se trata de los peores actos de violencia acaecidos en Egipto desde que Hosni Mubarak fuera derrocado hace siete meses. Abouna Basilious, un clérigo copto de El Cairo, dijo que la represión militar había sido injustificada.
Basilious afirmó: “La gente fue [a la protesta] y ni siquiera había empezado la manifestación, pero igual fueron atacados de inmediato. Además, pongamos por caso que hubieran dicho algo o incluso arrojado algunas piedras, ¿eso significa que vehículos blindados y tanques debieran atropellar a la gente y que un joven tuviera que ser aplastado y su cabeza abierta?”.
El candidato presidencial egipcio Amr Moussa condenó la violencia y expresó: “Esta vez estamos al borde de un gran enfrentamiento, no sólo en Maspeero (edificio de la televisión egipcia), sino también en otros lugares de Egipto. Por lo tanto, muchos vemos que la democracia es la solución, la cura, no decisiones inmediatas que se toman sin que nadie sepa nada de ello”.