Un sargento del Ejército de Estados Unidos fue condenado por liderar un denominado “equipo de ejecuciones” en Afganistán que asesinaba civiles y luego conservaba partes de sus cadáveres como trofeo. El sargento segundo Calvin Gibbs admitió haber cortado los dedos de civiles afganos muertos como trofeo de guerra. Otros soldados dijeron que fue su idea matar civiles y fingir que eran combatientes. A pesar de que se lo halló culpable de los quince cargos (incluido homicidio premeditado), Gibbs logró salvarse de una condena automática perpetua y podría salir en libertad condicional tras ocho años y medio de cárcel.
Presunto líder de “equipo de ejecución” es hallado culpable pero se salva de cadena perpetua
Titular11 Nov. 2011