Una comisión investigadora de las Naciones Unidas acusó a las fuerzas militares y de seguridad de Siria de cometer crímenes contra la humanidad, entre ellos, asesinatos, torturas y violaciones.
Paulo Pinheiro, que presidió la investigación de la ONU, declaró: “La comisión concluyó, sobre la base de la información recopilada, que los miembros del Ejército y las fuerzas de seguridad de Siria cometieron crímenes contra la humanidad al reprimir a una población mayoritariamente civil en el contexto de un movimiento pacífico de protesta. Estos crímenes incluyen asesinatos, torturas, violaciones y otras formas de violencia sexual de gravedad comparable, encarcelamiento y privaciones de libertad que tienen lugar en distintos sitios”.
La ONU estima que, desde que comenzaron las manifestaciones en favor de la democracia, las fuerzas de seguridad sirias han asesinado a por lo menos 3500 personas, entre ellas, 256 niños. Un soldado testificó que había desertado luego de presenciar cómo un oficial le disparó a una niña de dos años porque “no quería que al crecer se transformara en una manifestante”.