Docenas de personas murieron y muchas más resultaron heridas en una serie de atentados con bomba en Bagdad, la capital iraquí. Por ahora, la cifra de fallecidos llega a 63, y los heridos ascienden a 185. Los atentados se produjeron al tiempo que Irak enfrenta las secuelas de la retirada de las Fuerzas Armadas estadounidenses y las tensiones sectarias en aumento con una orden de arresto contra el Vicepresidente y dirigente político suní Tariq al-Hashimi. En una conferencia de prensa realizada el miércoles, el Primer Ministro iraquí Nuri Al-Maliki respondió a una pregunta sobre la permanencia de Estados Unidos en Irak con una enorme embajada en Bagdad.
Nuri Al-Maliki expresó: “Quizás algunos digan que la cantidad [de personal en la embajada de Estados Unidos en Bagdad] es grande. Se trata de 2.000 o 3.000 empleados. Parte de este número representa el deseo de Irak. Por ejemplo, les pedimos que nos ayuden con su experiencia y conocimiento en agricultura, por lo tanto necesitaremos expertos en esa área. Les pedimos que nos ayuden con su experiencia industrial, por lo que necesitaremos expertos en la industria. Son nuestras demandas las que determinarán el aumento o disminución de la cantidad de personal que servirá en la embajada de Estados Unidos, pero no habrá fuerzas”.