Mientras tanto protestas masivas se estaban realizando en El Cairo, Mahala, Tanta, Alejandría, Ismailia y Suez. En El Cairo, los manifestantes habían extendido las concentraciones más allá de la plaza Tahrir a localidades que incluyen el palacio presidencial, el Parlamento y las oficinas de la televisión estatal. El desafiante discurso de Mubarak siguió a un día de rumores generalizados de que iba a anunciar su dimisión. Ese mismo día, el Director de la CIA Leon Panetta había contribuido a dar fuerza a esas especulaciones al decir que había “fuertes probabilidades” de que Mubarak renunciara. En la plaza Tahrir de El Cairo, una multitud de centenares de miles de personas comenzó a abucheaer a Mubarak antes de que éste terminara su discurso.
Un manifestante dijo: “No esperábamos todo esto y veo que todo el mundo está pidiendo por todos los medios que abandone su liderazgo y nos permita construir una nueva democracia, una nueva era en Egipto”.
Otro manifestante dijo: “Le pedimos más de una vez que dejara este país pacíficamente, pero sigue insistiendo en quedarse y gobernar de manera totalmente desastrosa. Realmente se tiene que ir”.