Al menos cuatro personas murieron y más de trescientas resultaron heridas en las acciones represivas del gobierno de Bahréin contra las manifestaciones en favor de reformas democráticas. En una incursión nocturna, la policía, fuertemente armada atacó con balas de goma, gases lacrimógenos y granadas de concusión a miles de manifestantes en Manama, la capital. Entre los heridos hay mujeres y niños. Más de seiscientas personas, según se informa, recibieron tratamiento por diversas lesiones y más de sesenta estarían desaparecidas. Bahréin es un aliado clave del gobierno de Estados Unidos en el Medio Oriente, ya que alberga a la 5ª Flota de la Marina de ese país. El miércoles, el nuevo secretario de Prensa de la Casa Blanca Jay Carney siguió con la postura ambigua del gobierno de Obama en relación con las manifestaciones en Bahréin.
Jay Carney declaró: “Bahréin, como todos los países de la región, debe respetar los derechos universales de sus ciudadanos, su derecho a protestar, a que sus reclamos sean oídos, y ambos bandos deben abstenerse de acciones violentas. Y obviamente estamos siguiendo muy de cerca los eventos en Bahréin y la región”.