Más de 500.000 manifestantes colmaron las calles de Londres el sábado para expresar su indignación por los recortes del gobierno a los gastos públicos. A pesar de que las manifestaciones fueron pacíficas en gran medida, una minoría pequeña de manifestantes se enfrentó a la policía y destruyó propiedad privada. Un total de 211 personas fueron arrestadas. A los líderes sindicales les preocupa que la violencia desvíe la atención de los motivos de la manifestación, es decir: recortes de los empleados gubernamentales.
Un manifestante dijo: “Estamos marchando hoy para decirle al gobierno que estamos en contra de todos los recortes que están haciendo. Son demasiado rápidos, demasiado apresurados. Todas las personas que se encuentran aquí son empleados locales del gobierno y cualquiera de ellos podría quedarse sin trabajo la semana que viene gracias al [Primer Ministro, el] Sr. Cameron”.