Se acusa al régimen de Gaddafi de arrojar bombas de racimo en su ataque en curso a la ciudad de Misrata, actualmente en poder de los rebeldes. La organización Human Rights Watch dice que los racimos fueron arrojados en áreas residenciales. Un vocero de los rebeldes dijo que los bombardeos subrayan la necesidad de incrementar la ayuda internacional.
Abdul Ghoga declaró: “Esto simplemente refuerza la declaración que hicimos de que este régimen se inclina a crear una gran crisis humanitaria en Misrata, y respalda nuestro pedido de que la comunidad internacional asuma la responsabilidad de incrementar el apoyo a la población civil”.
El año pasado entró en vigor un tratado internacional que prohíbe la utilización de bombas de racimo, pero Libia, conjuntamente con países como Estados Unidos e Israel, se rehusó a suscribirlo. Un vocero del régimen de Gaddafi negó que se hayan utilizado bombas de este tipo.
Musa Ibrahim declaró: “No podemos hacer esto nunca, desde el punto de vista moral y legal no podemos hacerlo porque es nuestro país. No podemos hacerlo, nunca lo haremos. Los desafiamos a que aporten pruebas. Si usamos estas bombas, la prueba permanecerá durante días y semanas, y sabemos que en breve la comunidad internacional vendrá en masa a nuestro país”.