El gobierno de Obama sigue haciendo lobby para que el Congreso aumente el límite de deuda antes de que venza el plazo el 2 de agosto, cuando se espera que el gobierno llegue al límite de préstamo de 14,3 billones de dólares. Los altos funcionarios de la Casa Blanca dicen que pretenden convencer a los ejecutivos corporativos para que presionen a los representantes republicanos para aprobar un aumento del límite de deuda. El martes, el presidente de la Reserva Federal Ben Bernanke advirtió sobre consecuencias nefastas si el Congreso no actúa.
Bernanke dijo: “Si no se aumenta el límite de deuda, el gobierno federal debería postergar o no cumplir con pagos de obligaciones ya contraídas. Particularmente, incluso una suspensión corta de los pagos del capital o los intereses en las obligaciones crediticias del Departamento del Tesoro provocarían severas alteraciones en los mercados financieros y el sistema de pagos, induciría a la degradación de la clasificación de la deuda del gobierno estadounidense, crearía dudas esenciales sobre la solvencia de Estados Unidos y dañaría el papel especial del dólar y de los valores del Tesoro en los mercados mundiales a largo plazo”.
El Vicepresidente Joe Biden sigue llevando a cabo reuniones bipartitas en Capitol Hill, en un intento por llegar a un acuerdo. Los republicanos han estado fomentando grandes recortes a los gastos a cambio de que se aumente el límite de deuda.
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