Aproximadamente 200.000 manifestantes salieron a las calles de Santiago de Chile el jueves para exigir más apoyo del gobierno al sistema educativo. Los organizadores describieron la protesta como una de las mayores que se haya realizado en Chile desde la caída de la dictadura en 1990. La policía respondió con gas lacrimógeno y cañones de agua. Trece manifestantes fueron arrestados.
Giorgio Jackson, presidente de la federación estudiantil de la Universidad Católica de Chile, dijo: “La verdad que es una jornada sumamente amplia y todos con un mismo diagnóstico de que la educación está en crisis y que es uno de los perpetradores de nuestra desigualdad. Chile es uno de los países más desiguales del mundo y hoy día tenemos que solucionar eso desde la base y obviamente la educación es una llave para poder lograr ese cambio”.