El magnate de los medios Rupert Murdoch regresó a Estados Unidos al tiempo que su imperio enfrenta un creciente número de desafíos por el escándalo de escuchas telefónicas que llevó a una serie de detenciones en Gran Bretaña y dio lugar a una investigación en el país norteamericano. En Gran Bretaña, el Primer Ministro David Cameron compareció en una sesión de emergencia del Parlamento para tratar el escándalo. Cameron se rehusó a disculparse por haber contratado a Andy Coulson, un ex empleado de Murdoch que hace poco se desempeñó como jefe de comunicaciones en Downing Street.
El Primer Ministro británico David Cameron declaró: “Si finalmente se determina que Andy Coulson sabía sobre las escuchas de News of the World, no sólo me habrá mentido a mí, sino que también le habrá mentido a la policía, a un comité selecto, a la Comisión de Reclamos de la Prensa y, por supuesto, habrá cometido perjurio ante un tribunal. Es más, si eso sucede, también tendrá que enfrentar varias acusaciones penales. Tengo una visión antigua de que la gente es inocente hasta que se prueba lo contrario pero, si resulta que me mintieron, ese será el momento de una profunda disculpa y, en ese caso, les digo que no me quedaré corto”.