El gobierno sirio continúa reprimiendo a los manifestantes opositores en medio de una creciente presión internacional. Al menos dieciséis personas habrían sido asesinadas en la ciudad de Homs. El miércoles, las tropas sirias también se hicieron con el control de la intranquila ciudad de Deir ez-Zor tras cuatro días de ataques. Además, habrían hecho una redada en dos localidades cercanas a la frontera con Turquía, apenas un día después de que el Primer Ministro turco exhortara a poner fin a los ataques contra los civiles sirios. El asediado Presidente sirio Bashar Al Assad, mientras tanto, admitió que sus fuerzas “cometieron algunos errores” en su respuesta al alzamiento. Assad habló en una reunión privada con una delegación del Consejo de Seguridad de la ONU integrada por representantes de Brasil, India y Sudáfrica. En la ONU, el enviado sirio Bashar Jaafari causó conmoción tras comparar la situación de Siria con los disturbios de Gran Bretaña.
Jaafari dijo: “Es muy revelador e informativo escuchar al Primer Ministro británico describir los disturbios y a los alborotadores en Inglaterra con el término 'pandillas', mientras que no nos dejan usar el mismo término para los grupos armados y terroristas de mi país. Esto es hipocresía, es arrogancia”.