El gobierno sirio intensificó su ataque contra la ciudad portuaria de Latakia, con lo que se estima que la cifra de muertos de los últimos cuatro días se ubicó en 34. Los testigos afirman que el Ejército reunió a los civiles en un estadio y les quitó sus identificaciones y teléfonos celulares, tras ordenar a los habitantes evacuar sus hogares. El sitio de Latakia comenzó el sábado, con la utilización de francotiradores, tanques y, en una nueva táctica, naves equipadas con ametralladoras. Las Naciones Unidas afirman que más de 5.000 palestinos huyeron de un campo de refugiados de la ciudad para escapar de la violencia. Un vocero de la ONU, Christopher Guness, exhortó a Siria a detener los ataques y permitir el acceso al campo.
Guness dijo: “Estamos muy preocupados por la situación en Latakia, donde huyó la mitad de los refugiados del campamento, entre 5.000 y 10.000 personas. Huyeron de los disparos efectuados desde barcos cañoneros y desde tierra, y el personal de seguridad les dijo que se fueran. Le decimos al gobierno de Siria que queremos acceso humanitario inmediato para atender a los enfermos, moribundos y para implementar nuestros programas. Los ojos y oídos del mundo están atentos. Hay presión diplomática y política, me gustaría creer que hay cierta presión moral porque estos combates, este ataque al campo de refugiados, deben terminar”.
Mientras tanto, los tanques sirios entraron en Homs e iniciaron lo que los testigos locales describieron como “estado de sitio”. El Ministro de Relaciones Exteriores de Turquía volvió a exhortar al régimen de Assad a poner fin a la violencia, y dijo que el llamado eran las “últimas palabras” del gobierno turco. Los activistas de derechos humanos estiman que aproximadamente 2.200 personas murieron desde que comenzó la represión en Siria a mediados de marzo.
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